Río Arriba es un recorrido por las tierras salteñas de Iruya y un acercamiento al pasado de la comunidad residente, los Kollas, para conocer las consecuencias que el desarrollo de la industria del azúcar ha tenido sobre su cultura, desde la perspectiva de Ulises de la Orden, un director y narrador sentimentalmente involucrado en el tema a causa de un antepasado familiar –su bisabuelo Don Manuel- que a partir de 1922 y por 24 años explotó las tierras del Ingenio San Isidro.
A través de emotivos testimonios, sugestivo material fotográfico, impactantes imágenes de un paisaje natural en todo su esplendor y una música intensa y conmovedora, Ulises va relatando el drama de los kollas, una comunidad indígena económicamente autónoma, dependiente sólo de la eficacia de sus propios sistemas de cultivo hasta la llegada, en los albores del siglo XX, de crueles arrendatarios que, en nombre de un supuesto y cuestionable progreso, comenzaron a forzar a los aborígenes a trabajar en la zafra, mediante un astuto ardid consistente en generarles una deuda impagable (de índole arrendataria o comercial) susceptible de ser solventada únicamente con el trabajo en los ingenios. Los indígenas no eran sólo víctimas de explotación; si se resistían a las duras tareas que se les asignaban eran silenciosamente asesinados y sus “misteriosas desapariciones” eran atribuídas al “familiar.” A medida que los kollas pasaban más y más tiempo en la zafra, sus andenes y terrazas de cultivo iban deteriorándose por la erosión del viento y las lluvias, causantes de grandes derrumbes a los que los locales denominaron “volcanes”. Y una vez consolidada la necesidad del trabajo zafrero para asegurar su subsistencia, llegaron las máquinas cosechadoras, arrancándoles la posibilidad de trabajar y jubilarse. Con este detallado esquema, Ulises pone al descubierto las atrocidades cometidas en nombre de un definitivamente falso progreso, que sólo ocacionó enriquecimiento para los arrendatarios (entre ellos Don Manuel, pero también se menciona a Don Patrón Costas y la familia Blaquier) y destrucción para los kollas.
El final del viaje coincide con la Fiesta de la Virgen de Rosario, en la que Ulises descubre que a pesar de todo, la comunidad Kolla sigue viva en su cosmovisión basada en un profundo respeto por la Naturaleza y en los Cachis, actores, cantantes y bailarines que resguardan los fundamentos de la cultura quechua-aymara. Sin embargo, les es imprescindible poseer el título de propiedad de las tierras que les han sido expropiadas para recuperar su arrebatada autonomía.
lunes, 26 de mayo de 2008
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